viernes, 6 de febrero de 2009

Sobre "Las manos de mi madre"

A Karmele Jaio: Intenté grabar la tertulia para colgarla luego aquí en el blog, pero –lo siento- no comprobé antes las pilas de la grabadora digital. No pudo ser.

Lectura emotiva, de sentimientos y sensaciones. A menudo historias personales parecidas en los lectores, cercanas, dolorosas.

Lectura de símbolos poéticos: las manos, el mar, el faro, el armario... ese armario que con el paso del tiempo deja ver la pintura blanca (llámese Germán, Carlos, el pasado, los recuerdos). Aquí el picajoso del moderador –un servidor- señaló la semejanza del estilo de la tía Dolores y el de Nerea, narradora-protagonista (y casi seguro, al go de la autora; bueno, algo de todos).

Hubo discrepancias a la hora de caracterizar a algunos personajes. O, tal vez, entre todos supimos descubrir los claroscuros que todos tenemos: Nerea... ¿mártir, quejita... o decidida, valiente? ¿Con un verdadero sentimiento de culpabilidad o escudándose en él para no tomar decisiones? Levanta la barbilla, afronta el problema y comete la “locura” de llevar a su madre al faro. ¿Y luego?
Decisión que si tiene clara su hermano Xavier. ¿Realista o egoísta? ¿Plantea el ingresao en la residencia como una solución meditada, tal vez la única posible, o lo hace por egoísmo y desinterés hacia el problema que supone la enfermedad de su madre? ¡Cuidado!, que es de los que se quedan por las noches en el hospital.
Sé que teníais muchas más cosas que comentar, pero en hora y media no dio tiempo. Recordad que tenéis este foro para continuar colgando en él vuestras impresiones.

Próxima cita: el 18 de febrero. Libro: ¿leemos “El cuento número trece"? He leído los primeros capítulos y han despertado mi curioosidad.

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